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Visitando a la Comunidad Emberá Quera

Únete a nosotros en una visita a la Comunidad Emberá Quera a orillas del río Gatún en Panamá. Conociendo sus costumbres y forma de vida.


Los Emberá Quera son un pueblo indígena de Panamá. Viven en las selvas y montañas de la provincia de Darién y tienen una rica cultura y tradición. Son conocidos por sus hermosas canastas tejidas a mano y abalorios. Tuve la suerte de poder conocerlos y aquí les cuento mi experiencia.

Hay que recorrer un poco el río Gatún para llegar hasta esta comunidad nativa del Darién, la cual está totalmente abierta al turismo. Hacen todo con el fin de mantener sus costumbres y compartirlas con el mundo.

Camino hacia la comunidad Emberá Quera

El camino hacia el lugar donde tomaríamos la Piragua que nos llevaría hacia la comunidad estaba rodeado de verde.

Verde por todas partes

Durante el camino la combinación de una alta humedad y un aire acondicionado bastante fuerte, que obedecía al hecho de que hacía calor, hizo que comenzara a tener bastante frío, pero la cosa no acabo ahí.



Cuando me baje del automóvil y empece a tomar fotos “oh, no” ¿pero qué le sucede a la cámara?, parece como si estuviera dentro de una nube: no, lo que paso fue que el lente se empañó y aunque lo limpiara era imposible, ya que por la humedad se empañaba de nuevo. Así que ni modo, fotos con efecto nube salieron por un rato.

Fotos con efecto nube

Rio Gatún

Llegamos al río Gatún y nos subimos a la piragua y ahí nos reciben unos simpáticos Emberá, me pongo a platicar con uno de ellos y cuando le cuento que vengo de México, él por su parte me platica que tiene una amiga de allá, de Guadalajara para ser más exactos.

Después terminamos hablando de la comida picante, de los campos de plátanos que vemos al pasar, de las aves y así se pasa rápido el tiempo hasta que llegamos a su casa.

Lo que se ve en el camino

¿Qué es una piragua?, es una embarcación larga y estrecha, mayor que la canoa. Hecha de una pieza con bordas de tabla o cañas, propia de los indígenas de América y Oceanía.

Y justo antes de llegar, nos encontramos con otra embarcación de un grupo de turistas, los cuales se detuvieron frente a unos árboles de los cuales salían unos simpáticos monos que curiosos iban a ver qué había.

Nuestra piragua no se acercó mucho, pero no fue necesario, al detenerse un momento me pude deleitar viendo a los animalitos ir y venir e irse cuando veían que no había nada para ellos.

Llegando con los Emberá Quera

Al llegar con cuidado bajo de la piragua y veo ante mí un lugar totalmente verde con unas construcciones que tienen techo en forma de cono que me recordaban a las palapas que se pueden ver en mi país. Al llegar nos reciben, por un lado, los hombres tocando música de un lado y del otro las mujeres saludando. Lo más gracioso es que justo después llegó el grupo que habíamos visto justo antes y pude ver el recibimiento de los visitantes desde el ángulo opuesto al que lo había tenido un momento antes.

Cuando todos los visitantes llegaron nos llevaron al salón principal donde el líder de la comunidad explica que ellos son procedentes del Darién, pero que desde hace mucho tuvieron que trasladarse debido a los problemas de guerrillas y demás tristezas que se dan por allá. Nos explican que el turismo es el sostén de la comunidad. Me llama la atención lo joven que es el líder, pero se le ve muy seguro de sí mismo al hablar.

Después de la plática informativa, los chicos Emberá se alistaron para poner tatuajes temporales a todo aquel que quisiera. Yo lo iba a hacer más tarde, pero al final no se pudo, por lo que les contaré al final del relato.

Tengo que reconocer que, aunque ya lo había visto previamente en fotos, me llamo mucho la atención su modo de vestir. Es normal ya que es diferente del mío y al verlos que andaban tan a gusto no deje de maravillarme de las diferencias culturales que hay en este mundo y que a pesar de todo eso somos todos lo mismo: seres humanos viviendo la vida.

La visita con los Emberá Quera

Un señor de la comunidad me hace un recorrido para explicarme cómo utilizan las plantas medicinales que crecen en los alrededores, me dijo también que tienen unas habitaciones construidas especialmente para la gente que se hospede en la comunidad. O sea, existe la posibilidad de dormir ahí. Caminamos un buen rato y como era de esperarse no paraba de sudar, por lo que cuando llegamos a la escuelita fue todo un alivio.

La escuela

Me explicaron que hay una escuela en la comunidad que cubre hasta el nivel de primaria, para proseguir sus estudios los chicos tienen que ir a las ciudades cercanas de la misma manera como llegamos nosotros: en piragua. No hay de otra. De hecho, ese día las clases habían empezado más tarde de lo normal, ya que la maestra que viene desde una ciudad cercana tuvo un retraso debido al clima. Fue curioso ver a todos los niños, de diferentes edades, muy atentos a la maestra que les explicaba sobre los números mixtos (y miren que aunque soy ingeniera cuando estaba en la primaria odiaba esas operaciones matemáticas).

En el camino de regreso me encontré con un simpático sacapuntas en el césped, probablemente alguno de los niños lo había extraviado, se lo di a mi acompañante para que lo llevara a la maestra, fue muy simpático tenerlo en mi mano, con su forma de corazón, me sentí como en la primaria de nuevo.

El sacapuntas perdido

Intercambio cultural

Al volver de la escuela tuve la oportunidad de platicar un rato con varios miembros de la comunidad. Con el líder me impresioné de saber que encima de tener un cargo en la comunidad que le ha de ocupar bastante, tiene estudios de turismo. Cuando me lo dijo lo primero que se me vino a la mente es: “no pudiste escoger mejor carrera estando donde estás” y es que usa ese liderazgo más los conocimientos que tiene para impulsar el valor cultural con el que cuentan, que es grande.

Después me quedé platicando con una de las chicas de la comunidad que tenía ya varios meses de embarazo y su pancita sobresalía en el pareo que traía puesto. Luego platiqué con una familia y el padre, que lucía muy joven, me decía que él no había continuado sus estudios (no recuerdo si había terminado la preparatoria o no, pero el caso es que no continuo) y hablábamos de que había que prepararse.

Yo le contaba que en México es difícil, ya que estudiamos la carrera, pero de ahí para encontrar trabajo es difícil, me dijo que se había propuesto continuar estudiando para ayudar a la comunidad (¿estudiará turismo también?)

Encuentros Emberá

Mi nuevo amigo: el tucán de los Emberá

No pude evitarlo, fue amor a primera vista. Solo que era un modelo muy escurridizo, ya que iba y venía de un lado al otro. Cuando por fin se decidió a estar quieto (o sea cuando a él le dio la gana) me dispuse a comérmelo con mi lente ¡¡¡ay es que es hermoso!!!

Tucán modelo 🙂

Artesanías Emberá

Este es otro punto fuerte en cuanto a subsistencia de la comunidad se refiere: las artesanías. Una parte de sus ingresos vienen de las visitas y otra de las compras que hacen esas visitas. Y las opciones son muy variadas: hay desde máscaras, artículos para el cabello, aretes, cosas decorativas. Todo lleno de color. Es como llevarse un pedazo de Panamá.

Una de las artesanías que más me gusto fueron los objetos decorativos de la semilla de tagua. Esta semilla es conocida como el marfil vegetal y el tallado de las formas se hace totalmente a mano. Pude ver formas de tucán, colibrí, flores, entre otras.

Que bonito todo!

Deliciosa comida y despedida precipitada

Normalmente, seguía la comida y después veríamos un pequeño baile realizado por la comunidad para todos los visitantes, pero no pudo ser, ya que cuando empezaba a degustar mi rico pescado con patacón las nubes comenzaron a ponerse rejegas. Ah, pero déjenme disfrutar mi pescado, es que estaba BUENÍSIMO. Y tenía un pedazo de limón verde, de esos que crecen justo en la comunidad que había visto en el recorrido inicial.

Riquísimo

Lo mejor era irse después de comer, ya que si comenzaba a llover fuerte habría que esperar y quien sabe por cuanto. El grupo que estaba haciendo la visita se quedó ahí.

Y dicho y hecho, cuando iba en la piragua ya se sentía algo de lluvia, pero poca y en cuanto puse un pie en el automóvil: comenzó a caer un aguacero enorme. ¡Ufff nos salvamos!

Y así terminó mi experiencia con la Comunidad Emberá Quera, a los cuales les agradezco por haberme recibido y por seguir siendo como son a pesar de que el mundo se vuelve cada vez más global y uniforme.

Si quieres reservar un tour con una comunidad Emberá (no necesariamente Quera), mira este tour

Hasta luego 🙂

Queremos dar un agradecimiento a la Autoridad de Turismo de Panamá bajo la Coordinación del departamento de Comunicaciones Internacionales por el apoyo brindado durante la realización de este viaje.

Tengan siempre presente que a pesar de la colaboración realizada en este viaje todas nuestras opiniones e impresiones son totalmente libres.

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Olga Grijalva

Soy una viajera y creadora de contenido de viajes con 17 años de experiencia. Mi objetivo es compartir información útil para ayudarte a planear tus aventuras. He visitado más de 40 países y estoy emocionada por compartir mi experiencia contigo.

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