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¿Que ver en una visita al Mont Saint Michel?

El Mont Saint Michel es el segundo lugar mas visitado de Francia, solo detrás de París. Acudimos a la cita con un sitio que prometía maravillarnos y que no nos decepcionó. En este artículo, te vamos a contar lo que se puede ver en una visita al Mont Saint Michel si vas solo por un día.

El Mont Saint Michel se encuentra inscrito a la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1979

¿Quedarse varios días o hacer una visita de pocas horas?

La respuesta a esta pregunta siempre dependerá de la situación del viajero: si no tienes mucho tiempo, te estas quedando en alguna ciudad cercana y tienes la posibilidad de ir no lo dudes. Aunque, claro esta, es mejor si te puedes quedar varios días para explorar los alrededores y pisar el Mont Saint Michel varias veces.

¿Qué ver en el Mont Saint Michel?

Las murallas

Las murallas fueron construidas para proteger el monte y su abadía, durante la guerra de los cien años contra los Ingleses. Tomar el camino de la muralla nos da una muy buena vista de la bahía y podemos ver la Isla Tombelaine, que hoy en día es un refugio para las aves.

Durante el recorrido, hicimos varias paradas para admirar el paisaje y las gaviotas que posaban para las fotos. Pero ¡advertencia! hay que tener cuidado con los “regalitos” que nos dejan las aves. Al momento de poner los codos en el borde, hay peligro de embarrarse de manera literal y lo digo porque me pasó a mí. A Vicente le fue peor a el le cayó el “regalito de ave” desde arriba.

Una vez dicha la advertencia, el recorrido es muy agradable. Al final de las murallas, llegaremos a la abadía. De hecho si se quiere llegar a la abadía, con menos tentaciones de pararse en las tiendas sería conveniente tomar el camino de las murallas, aunque en este camino las vistas nos harán detenernos también.

El restaurante de la “Mère Poulard”

Este restaurante lo vimos justo al iniciar el recorrido del Mont Saint Michel, es un lugar bastante famoso en el área y esto se debe al personaje de la Mère Poulard, que fue una cocinera que se volvió una celebridad por sus deliciosos omelettes.

Falleció en 1931 y se encuentra enterrada en el Mont Saint Michel, junto a toda su familia.

Y el omelette, ni idea de si esta bueno o no, ya que debido a la pandemia el restaurante se encontraba cerrado y así estuvo todas las veces que pasamos por ahí.



La calle principal

Además de las murallas, vale la pena recorrer también la calle principal, junto a las callecitas paralelas, eso sí hay que tratar de encontrar el momento en el que no haya tanta gente, ya que son tan estrechas que rápidamente se pueden llenar. En las calles veremos varias tiendas y restaurantes donde se puede calmar el hambre y, en algunos casos, comer con vista a la bahía.

La iglesia de San Pedro

Iglesia católica, fundada en el siglo VIII y esta dedicada a San Pedro, en la entrada podemos ver una estatua de Juana de Arco y en su interior se encuentra el Arcángel Miguel. Es pequeña y sencilla.

La estatua de San Miguel que podemos ver en su interior, de color plateado, es una replica de la que esta en la cima de la abadía.

El cementerio

Se encuentra justo al lado de la Iglesia de San Pedro. Cuenta con dos terrazas de tumbas y es de un tamaño pequeño.

Una de las tumbas que me llamó más la atención, fue la del escultor Adam Henri-Georges.

La torre Gabriel y sus gárgolas

Esta torre se encuentra al lado izquierdo de la entrada principal y se puede admirar desde afuera, su interior no se visita, ademas de su perfecta redondez, lo que más captó mi atención fueron sus gárgolas.

La abadía

Este es EL monumento del Mont Saint Michel, si vienes no te lo puedes perder. Es el que le da su forma “picudita” al Monte. Te recomendamos adquirir tu boleto de la abadía con anticipación para evitar las colas.

Aquí te contamos todo lo que se puede ver durante tu visita a la abadía del Mont Saint Michel

Las vistas y los techos

Hay ciertos puntos del recorrido que nos llevaron a tener las vistas de los techos y algunos jardines del Mont Saint Michel. Hay que dejarse llevar por el camino que a veces puede parecer laberinto, pero tampoco es muy largo, y verán de lo que les hablo 🙂 . Además en la época que fuimos, se podían ver muchos nidos de gaviotas en el horizonte, algo muy curioso que no suele suceder cuando la afluencia de turistas es la habitual.

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Olga Grijalva

Soy una viajera y creadora de contenido de viajes con 18 años de experiencia. Mi objetivo es compartir información útil para ayudarte a planear tus aventuras. He visitado más de 40 países y estoy emocionada por compartir mi experiencia contigo.