Visitando Hierve el Agua en Oaxaca

Después de la visita al Rey de Matatlan. Nos dirigimos a una de las paradas mas esperadas de nuestro tour por Oaxaca: Hierve el Agua. Ese mítico lugar con cascadas petrificadas y piscinas naturales con agua que brota del suelo constituye una de las bellezas naturales de México.

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Llegando a Hierve el Agua

Uno de los problemas que nos desanimó para ir por nuestra cuenta es que esta algo lejos y el camino algo escabroso. Y en efecto, la carretera estaba en bastante mal estado. Una de las posibles razones, es que el lugar se encuentra en disputa entre dos poblados, el caso es que es una zona medio en el limbo. Ah pero eso sí, hay dos puntos donde se cobra el pasaje, lo curioso es que los carteles que anuncian los cobros están escritos con un español que haría llorar hasta a los que escriben “Ola k ase”.

Dejando esto de lado, el paisaje en el camino es bastante bonito. Lastima que el dolor de trasero distrae bastante (dolor debido a la saltadera que hace el carro con el camino escabroso).

Una vez que llegamos, estuve frente a uno de los paisajes que esperaba ver. Ese que me habían descrito con tanto entusiasmo.

Nuestra visita a Hierve el Agua en Oaxaca

Y aquí les presento la cascada petrificada. En ese punto estábamos lejos de las piscinas, así que caminamos hacia allá. Hacia calor. Vicente traía una prenda de manga larga y tela gruesa, al ver las fotos parece que hacia frió pero no era así, lo que pasa es que no queríamos quemarnos.

Las cascadas petrificadas son de origen natural formadas por carbonato de calcio. Imagínense, cuantos miles de años tardaron en formarse, si lo que las hizo así fue el constante goteo de agua (dicha agua conteniendo altos indices de minerales).

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Y llegamos a la zona de los estanques y de donde sale el agua. El sitio se llama Hierve el Agua, porque al ver el agua brotar de la piedra parece como si estuviera muy caliente e hirviendo, pero no es el caso. Cuando nos atrevemos a meter la mano en el agua nos damos cuenta que esta fresca. Hasta me atreví a probarla, tenía un sabor bastante metálico (dada la gran cantidad de minerales que posee).

Desde ahí, podíamos seguir admirando las cascadas petrificadas, aunque ya nos quedaban muy muy lejos.

Un chapuzón en el agua hirviendo

Después de haber caminado para llegar a las fascinantes piscinas naturales, con agua recién salida de la fuente, la tentación de darse un chapuzón era irresistible. La verdad ya iba preparada, me llevé mi traje de baño. Y fui muy mala, ya que olvidé decirle a Vicente que también llevara el suyo, así que el no se metió al agua 🙁

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Fue difícil entrar al agua debido a que la superficie es bien irregular y dolian los pies, pero ya una vez dentro ya no hay problema y hasta pude mini nadar un poco. Pero todo lo bueno tiene que terminar y lo malo de ir en grupo, tipo tour, es que el tiempo esta contado así que no tuve mucho tiempo en el agua y rápidamente me fui a cambiar de ropa.

Anécdota curiosa de la visita

Para cambiarme de ropa, fui a los cuartos que se ven al fondo de la foto que me tomó Vicente cuando estoy regresando de allá. No son lo mas acogedor del mundo, pero al menos se puede uno vestir y desvestir sin ser visto, es lo único que necesitaba.

La anécdota graciosa de la visita: es que una chica alemana que venia en nuestro grupo, se cambio de ropa ahí, sí, ahí en el área de las piscinas. Choques culturales, algunos que me están leyendo les parecerá lo mas normal del mundo, pero créanme que para mi y en México en general no lo es. Cuando regresé de cambiarme Vicente me contó la anécdota, el siendo Francés tampoco le chocó mucho, pero me dijo que algunos de los ahí presentes tenían una cara de O_O así que pues ahí queda la anécdota. (de mas esta decir que yo jamas me hubiera cambiado al aire libre hahaha).

Aprovechamos los últimos minutos en la zona, observando el agua salir de la roca. Era algo que me tenía impresionada. Sé en la teoría que el agua sale de las montañas y todo eso, pero verlo con tus ojos es impresionante.

Y se llegó la hora de irnos 🙁 hasta luego Hierve el agua, un lugar muy especial de Oaxaca.

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