Como llegar a Tula, Hidalgo. Como llegar a la zona arqueológica. Visitando a los Atlantes joya arqueológica de Hidalgo, México.
Cuando era toda una chiquilla, salió un álbum de estampillas de una conocida marca de panes dulces. El tema del álbum eran las civilizaciones prehispánicas. Así que ahí estábamos todos: comiendo chucherias para ganarnos una estampita de las pirámides de Teotihuacan o del sitio de Monte Alban. También de las vasijas de las civilizaciones zapotecas, etc. Pero había una imagen que me había quedado grabada de ese álbum. Era la imagen de unos guerreros gigantes de pura piedra. Esos guerreros eran los Atlantes de Tula. Nos fuimos a verlos a la Zona Arqueológica de Tula y te contamos como fue nuestra visita.
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Nuestra visita a Tula no era casualidad, venía a hacer realidad la imagen del álbum de estampitas de mi niñez. Venía a ver a esos guerreros en persona.

¿Como llegar a la zona arqueológica de Tula?
Estando en México DF, nos dirigimos a la estación de autobuses para ir a Tula de Allende. Tomamos el metro, todo iba bien. Llegamos a la estación… pero, un momento:
¿Por qué no hay ningún autobús que sale hacia Tula? la respuesta era simple: habíamos llegado a la terminal de Autobuses SUR. Las salidas para Tula eran desde la terminal NORTE.
Ok, había confundido garrafalmente el sur con el norte 🙁 refunfuñando y consciente de la enorme perdida de tiempo que esto ocasionaba, tomamos el metro de nuevo para recorrer de punta a punta (ahora si que de sur a norte) la ciudad.



Al llegar a la terminal correcta, o sea la del norte, vamos todos contentos a comprar un boleto para el próximo autobús que salga para Tula. Oh no, espera, por que hay tanta gente allá. ¿No es ahí donde venden los boletos para Tula? Si, ahí es 🙁 ok, ahora tocaba hacer un buen rato de hacer fila. Ya no quería ni pensar en el montonal de tiempo que habíamos desperdiciado, cuando por fin nos encontrábamos en el anden.
Después de un rato llegamos a la ciudad de Tula de Allende. Al llegar buscamos una tienda para comprar algunas provisiones, ya que como habíamos perdido tanto tiempo, no tardaríamos en tener hambre. En la tienda preguntamos que si donde se tomaba la combi para ir al sitio arqueológico, la señora muy amablemente nos dijo a donde ir.
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Recorrimos apenas una o dos cuadras y encontramos el paradero de las combis, preguntamos cual pasaba por el lugar al que queríamos ir y listo, por unos cuantos pesitos llegamos a nuestro destino. Antes de entrar al lugar nos sentamos en una banca que estaba en el exterior, bajo unos arboles que nos daban una sombra estupenda, y nos comimos nuestras provisiones. En eso me encontré con una linda ardilla de Tula.




Información para Visitar la Zona Arqueológica de Tula
¿Cuanto cuesta?
65 pesos (que seria algo como casi tres euros) * precio actualizado 2020 *
¿Cuales son los horarios?
De 9:00 AM a 5:00 PM
¿Se pueden tomar fotos?
Si. Pero para tomar vídeo hay que pagar 45 pesos extra.

Nuestra visita al sitio arqueológico
Una vez dentro del sitio arqueológico hay pocas oportunidades de tener sombra, hay algunas partes con sombra pero no abundan. Y ahí fue donde agradecí haber echado mi sombrilla a la mochila, a pesar de que para el vuelo de ida supuso una incomodidad ya que no se podía plegar. Así que ahí dejo el tip: gorro o sombrilla no hay que olvidar.
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Museo de sitio
Una vez que pagamos el boleto, lo primero que hay que ver es el museo de sitio. Al igual que en Xochicalco, me pareció bastante acertado tener el museo primero. Nos permite ponernos en contexto de lo que vamos a ver, la época en la que existió, porque desapareció la ciudad, etc.
Este sitio perteneció a la civilización tolteca que tenia a Tula como su capital. Esta ciudad se fundó aproximadamente a los inicios del siglo 10, justo después de la destrucción de Teotihuacan. Durante dos siglos, existió en gran apogeo, pero la decadencia les llegó por varios factores, uno de ellos la invasión de los mexicas. En ese proceso de decadencia, se incendiaron y saquearon los edificios de la ciudad. La gente no tuvo mas remedio que huir.



Para llegar al sitio arqueológico, las ventas primero
Una vez que salimos del museo estaba muy entusiasmada, ya estaba mas y mas cerca de hacer realidad el álbum de estampitas de mi niñez. Pero antes de eso, había que recorrer algo como 1 km dentro del sitio. En el camino, nos encontramos con todos los puestos habidos y por haber de souvenirs y otras cosas. Un dato importante es que al salir ya no volvimos por acá, así que si quieren comprarse recuerditos es el momento.
Ahora sí, una vez que llegamos al mapa del lugar, empezamos el recorrido del sitio arqueológico de Tula.




Juego de pelota 1
Lo primero que nos encontramos, fue un juego de pelota (el primero ya que mas adelante veríamos otro). En la placa explicativa decían que el juego en su interior debió estar decorado con piedras cortadas y labradas, pero durante la época azteca fue saqueado. Mencionaban también que en la esquina suroeste todavía se podía observar una lápida grabada con un jugador, del que ahora se reconocen solo los pies. Aunque yo personalmente no lo pude localizar. También se dice que es uno de los juegos excavados mas pequeños. Cierto, ya verán el otro juego de pelota.


Muro de serpientes o Coatepantli
Llegamos a una zona donde podríamos cubrirnos un poco del sol y admirar lo que fue el Coatepantli donde pudimos ver varias figuras esculpidas en los muros. Algunas de las figuras representan esqueletos humanos devorados por enormes serpientes de cascabel, lo cual representa el sacrificio humano. Ademas, en las grecas escalonadas esculpidas a los lados de las serpientes (primera foto) se puede ver cierta influencia mixteca y nos recuerdan mucho a los mosaicos de Mitla, en el Valle de Oaxaca.
Otro detalle a tomar en cuenta, es que en ciertos lugares aun se pueden ver los colores con los cuales se pintaban las figuras del muro. Destaca el azul, ese azul que tanto me gusta 😀


Al proseguir nuestro camino, nos encontramos con el Palacio Quemado. Por ahora, lo único que se ve es un montón de pilares donde algunos quedan los rastros del incendio que sufrieron.
La Pirámide B y los Atlantes
Y llegamos al plato fuerte del sitio. Lo que llaman la Pirámide B, cabe notar que no han podido determinar aun los nombres que tuvieron las pirámides y es por eso que se les llama así B, C, etc.
Al subir las escaleras ahí estaban, frente a mi por fin esos guerreros de piedra ¡los Atlantes de Tula, que felicidad! un dato interesante que aprendimos estando ahí fue que estos enormes guerreros no estaban a la vista del pueblo, ya que servían de apoyo al techo del templo que se encontraba precisamente ahí. Después de ahí nosotros nos imaginamos que seguramente si era un templo, el pueblo común y corriente no podía acceder a él, ya que hay que recordar que este tipo de lugares estaban reservados solo a la clase alta y a los sacerdotes.
Pero después de siglos, por fin quedaban a la vista de nosotros, el pueblo común y corriente. Es mas, hasta nos encontramos un lindo perrito al pie de la pirámide.





Gracias a las placas con explicaciones que había en el lugar, se agradece, también vimos que estos guerreros toltecas tenían pectorales en forma de mariposa (algo abstracta, no hubiera podido decir que era una mariposa así nada mas al verlo), casco de plumas finas, espejos de mosaicos de turquesa, cuchillo y otras armas. Representaban a militares de alto rango.







Pirámide C
Nos alejamos bastante de la Pirámide B, para acercarnos a un pequeño montículo que nos indica donde se encuentra la Piramide C, a esta sí que no se podía subir. Pero tampoco había mucho que ver.


Juego de pelota 2
Y llegamos al segundo juego de pelota. Mucho mas grande que el primero. En la explicación nos cuenta que hay mucha similitud entre este y el gran juego de Chichen Itza en Yucatan, algo que no podemos corroborar ya que aun no hemos estado allá.


Saliendo de la zona arqueológica de Tula
De ahí seguimos el mapa, se suponía que llegaríamos hasta una capilla colonial. Pero después de hacer un recorrido algo largo, llegamos a unos muros en ruinas. La caminata fue agradable ya que había muchas mariposas, pero siempre había que cuidar que no nos saliera algún animalito no muy grato en el suelo (como una serpiente, por ejemplo).
Y en eso llegamos a la caseta para salir del lugar, la cual se encontraba muy lejos de la caseta por la cual entramos. No teníamos ni idea de como regresar al centro de Tula, por suerte, había un encargado en la salida y nos dijo por donde había que caminar para llegar al centro. Después de dudarlo mucho, le hicimos caso.

Visitando un poco de Tula Hidalgo
Después de visitar la zona arqueológica de Tula, realizamos este recorrido para llegar al centro de la ciudad, al final no fue muy largo y vimos coloridas casas. De hecho, pasamos por una tienda de abarrotes en la cual me pude comprar una figura de Atlante 🙂
Una vez que llegamos al centro, nos dimos una vuelta por la iglesia y de ahí a la terminal de autobuses para poder regresar a la CDMX.




El álbum de estampitas
Antes de finalizar el post, aquí les muestro el álbum de estampitas al que hice referencia en todo el texto. Era un álbum que salio en 1989, cuando tenia 9 años y la manera de conseguir las estampitas para rellenarlo era consumiendo unos panes de una conocida marca 😉
A pesar de lo que se pudiera pensar, el álbum tuvo bastante éxito. Los niños estábamos ahí buscando estampitas para poder llenarlo y al mismo tiempo aprendiendo sobre nuestra historia de una manera divertida. Gracias a el, fue que tuve desde chiquilla una gran curiosidad de visitar los sitios arqueológicos de mi país y del mundo entero.

La serie: Un viaje por el centro de México
Día 1 – Llegada a Cuernavaca y paseo por la ciudad
Día 2 – Xochicalco y mas de Cuernavaca (Museo Cuauhnáhuac)
Día 3 – Taxco
Día 4 – Trayecto de Taxco a Mexico DF (y como lidiar con un estomago enfermo)
Día 5 – Xochimilco
Día 6 – Tula y los atlantes
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Gracias, ¡espero que te guste mucho la visita al sitio arqueológico de Tula!
¡Saludos!
Mil. Gracias por tus anécdotas.
Gracias a ellas, ya sé cómo llegar a Tula desde la CDMX.
Hoy iremos a conocer.
Mi esposo y yo somos guías de turistas pero aún no conocemos Tula.
Las estampitas también las coleccioné y gracias a mi padre culto y a colecciones como esas estampitas, uno ama este hermoso país nuestro: MÉXICO.
Saludos
Hola Alicia!
Gracias por tu comentario, espero que hayan disfrutado mucho la visita! a nosotros nos encanto.
Esas estampitas tienen un lugar muy especial en mis recuerdos de la infancia 🙂 y si, realmente le despiertan a uno el interés y el amor por nuestro pais ^^
Saludos!
Gracias por compartir, encontré tu blog de casualidad buscando un poco de detalle para animarme a visitar Tula
Hola Joel, gracias por tu comentario. Espero que puedas ir a Tula y lo disfrutes tanto como nosotros que yo queria ver a los atlantes en persona desde la primaria 🙂 saludos!
¡Qué bonito poder cumplir un sueño que tenías de pequeña! 🙂
Y que fuera, además, recorriendo un lugar tan lleno de Historia.
México es uno de los países que tengo en la lista de “futuribles”, así que me guardaré tu relato para intentar encontrarme también con aquellos Atlantes 🙂
Por cierto, ¡qué maravilla de álbum! No me extraña que te entrara el gusanillo por conocerlos de primera mano 🙂
Saludos,
Huck
Ese álbum lo guardo en mis recuerdos con mucho cariño (el álbum en si ya no lo tengo por que siendo niña al fin, termino hecho polvo). Y aunque no lo complete en ese tiempo, ahora me gustaría completarlo pero viendo en persona todos esos lugares 😉
Saludos!
Me ha encantado tu historia de los cromos y su imagen convertida en algo físico que podías ver y tocar. Nunca había oído hablar de este lugar de tu país, así que quien sabe, quizás en un futuro, si decido ir a México, me pase por el lugar de tus cromos!
Un abrazo
Si pasas por acá te va a encantar, eso si, no olvides un gorro o sombrilla!!
Saludos!
Reconozco que me reí con el principio del relato, me vi reflejada en más de un viaje. 😉
Precioso recorrido sobretodo por el hecho de haber cumplido un pequeño sueño.
Gracias por compartirlo
Es lindo cuando llevas a cabo eso de que “los sueño están para cumplirlos” 🙂
Saludos!!